Aunque en un festival como Altavoz la música es (y debe ser, que no se nos olvide) la protagonista, el invitado más especial para asistentes y organizadores fue el sol. O dicho de otra forma, la ausencia que no se extrañó fue la de la lluvia, que ya llevaba años acompañando de manera fuerte a este evento de ciudad.

Ahora, pasando a los sonidos, el segundo día de la undécima versión de Altavoz Fest inició con el sonido oscuro de Rogs. Una mezcla entre new wave con psicodelia y mucha potencia dieron la bienvenida al público que desde antes de 1pm los estaba esperando. El festival siguió su curso y en sus primeras horas transitó entre el metal y el core con grupos como Rayken, Hialina, Carnal Strength e Invaders Must Die. Dos invitados locales, que no tocaban las tarimas del internacional hace 5 años, dejaron las energías bastante arriba para la llegada de la primera banda internacional del día, Biohazard.

Mientras tanto, en el Escenario Norte, descargas de blues y rock por parte de grupos como Intemperie de Granada (al oriente de Antioquia) y ensambles de la Colombian Blues Society, serían la alternativa en el festival.

Luego de ahí, el metal se adueñaría de la noche en el Escenario Cincuentenario (aunque ya había también pasado por el otro escenario en forma de gótico con Adivarius), con el ultrametal de Blasfemia, un tributo a los precursores de este sonido en los 80, y las dos bandas finales: Malevolent Creation desde Florida, en Estados Unidos, y Masacre, una grande del sonido death en Colombia.

Un segundo día donde los sonidos más fuertes tuvieron su lugar en este festival, que ya no es de rock, sino de las músicas alternativas, fue una lección más de convivencia y respeto, algo que ya se ha convertido en marca registrada de Altavoz. Para mejorar, el tiempo de los repertorios de cada banda, cada vez castigados para nivelar horarios luego de los retrasos. Lo importante, siempre será la música.

@SebasMartinezP