Entre flows, skills y rocanrol, se cuentan las Historias Mínimas de LosPetitFellas

@SebasMartinezP

Si fuéramos a dibujar a Historias Mínimas, el primer disco de LosPetitFellas, si fuese a encarnar una persona, “en los dedos tendría navajas, cuchillos y tijeras, aunque sus manos serían de terciopelo. Sería negro, con chamarra, con medio corazón pero con un gran hígado, y una boca muy grande. Cabezona, sin caderas, para que sienta el baile con los hombros. Tendría el pelo afro sólo porque yo quiero (risas). Y creo que andaría en patines” Así es como nos hacemos, según la visión de Nicolás Barragán, o Nicolai Fella, vocalista de LosPetitFellas, una idea de cómo se podría ver el disco si anduviera (o en este caso, rodara) por las calles de forma desprevenida y cotidiana. Y la verdad es que no se distancia mucho de la realidad sonora. Doce canciones punzantes pero delicadas, con una agilidad verbal y suspicacia para rimar, que llevan consigo historias de corazones incompletos buscando su otra mitad, y momentos donde es necesaria una gran resistencia para los efectos que trae la noche y sus afanes. Cadencias con sabor, pero con mucha actitud rockera, y que se van solas de principio a fin, justo en las ruedas que advierte al final Nicolás.

Y es que Historias Mínimas sin duda es un viaje. Un recorrido por el caos citadino de las horas pico, donde las historias propias y ajenas son pasajeras por igual. Vivencias, sentimientos y pensamientos nuestros, que bien podrían maquinarse mientras se padece un trancón, o microrelatos que observamos por la ventana. Sin duda, un viaje. Pero para la banda fue otro viaje, uno de aproximadamente año y medio, en el que Nicolás escribía y la banda creaba, a partir de colores y conceptos que salían de los sentimientos de la lírica de cada canción: “por ejemplo en Manual de instrucciones para conducir de noche, yo les dije que los colores que imaginaba eran rojo y gris, y los conceptos ira y decepción, y les dije que quería que sonara rocker”. Elementos como el cine y la literatura también aparecieron desde el génesis de cada uno de los temas. Siguiendo con el Manual…, “yo les dije que se imaginaran las películas donde un man va muy rayado de la cabeza conduciendo un Cadillac por el desierto”. Cada uno de esos ingredientes, fue esencial para crear la diversidad sonora que encontramos en un disco que toma elementos de diferentes lugares: “las armonías son muy del blues y del soul, las melodías tienen mucho de jazz, rítmicamente y en su forma lírica seguimos siendo muy rap, pero con ese groove funkie, y esa actitud rockera, que a la vez también tiene de ahí ese grito de auxilio que el rock representa”

Y hay que decir que la banda ha evolucionado en sus pocos años de trayectoria. Si bien Nicolás ya hacía Hip Hop bajo el seudónimo de Pet Fella, “donde llegábamos a hacer música, todos los créditos me los daban a mí como frontman y como raper, aunque el trabajo fuese colectivo. No me pareció justo ni correcto, y entonces decidí que no íbamos a perder el parche que ya estaba conmigo, e hicimos la transición de Pet Fella a LosPetitFellas”. Y aunque desde un inicio existían las inquietudes de explorar con samplers de jazz y soul, “con una banda las posibilidades crecen y puedes hacer muchas cosas que no podrías hacer solo o con un productor o DJ”. Entre esas posibilidades, hay detalles y matices que se sienten en cada canción del disco. A esos pequeños toques aportó Pedro Rovetto, bajista de Superlitio y productor de Historias Mínimas: “él nunca llegó a decirnos cómo tocar las canciones, nosotros compusimos todo solos y él nos escuchó y nos vio tocar en los ensayos, y nos sugería cosas que podíamos intentar, como por ejemplo partir la canción en algún momento con un par de frases, o cambiar en cierto pedazo de un tema un piano por un vocoder, o grabar la voz de cierta manera para que quede con tal característica. Lo más bonito de todo ese proceso, es que lo hizo con mucho respeto”.

Pero volvamos a las historias. ¿Sabía usted, quien lee este texto, que dos de estas Historias mínimas tienen su origen en Medellín? El amor es su eje, y se podría decir que una es el antónimo de la otra: “El Rock N’ Love, que es el amor durante el amor, y el Manual de instrucciones para conducir de noche, que como diría Fito Páez, es el amor después del amor”. Y la historia de cómo nacieron es más o menos así: “el Rock N’ Love es el Parque del poblado, la 10, el Periodista, tiene un montón de redes sociales y de distancia. Un amor dispuesto a patear canecas, pero asumido con carácter. Y más que el rock como género, es el rock como actitud, como grito. Es rockear y amar”. Y el frenesí de este amor, tiene su antítesis en la ruptura, cargada de decepción: “El manual, que es la historia mínima contada de la manera más amplia en el disco, es pura ira, pura rabia concentrada, y está contada en un carro metafórico, cuando quise huir de esta ciudad, ya que de alguna manera, para huir no es necesario irse de un lugar”.

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Pero, más allá de las historias y de seguir creando su propio sonido a partir de muchos elementos, lo que LosPetitFellas intenta buscar y conservar es la honestidad en lo que hacen, “porque la gente siente esa honestidad y de verdad se identifica. Si estamos rayados hoy, hacemos nuestra música rayada; si estamos enamorados, la hacemos enamorados, o si queremos hacer skills de rap, los hacemos honestos. No es sencillo, pero es bonito. Siempre comer va ser más bacano cuando uno tiene hambre”.

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