Sábado 29 de noviembre, dos de la tarde, después de zigzaguear por las carreteras del Suroeste antioqueño, llegamos al hermoso municipio de Jericó, de construcciones similares a una casa de muñecas y con vívidos colores en sus paredes, puertas y ventanas, que parecieran recién pintados para nuestra llegada.
Apenas llegamos al modesto hotel donde pasaríamos el fin de semana, nos recibe cálidamente Carlos Mario Pimienta, vocalista de la banda jericoana, Profania, y uno de los organizadores del Festival Rock a la Perra, que en el 2014 llegó a su quinta versión.
Quizás el nombre del festival suene gracioso, pero no fue elegido al azar, tiene una historia, aunque jocosa y sencilla, pero hay una razón: el guitarrista de Profania, Felipe García, cuando era niño, salía con sus amigos y sus perros, pero él era el único que tenía una perra, y desde ese momento recibió el apodo de “La Perra”. En el 2009, ya conformada la banda, decidieron hacer un parche de amigos en su casa, hacer un asado, invitar a sus amigos y tocar algunas canciones, en compañía de la banda Ibis Ad Fatum; al ver que tuvo gran acogida, replicaron el evento año tras año, hasta lograr conseguir un lugar más amplio y así, convocar más bandas y más seguidores del metal. Desde el año pasado, han contado con recursos del Instituto de Patrimonio y Cultura de Antioquia, lo que les ha permitido crecer en cuanto a público y a la posibilidad de invitar más bandas que empiezan a hacer sus pinos en el suroeste de Antioquia.
Del hotel, vamos directamente a la Institución Educativa San José, ubicada en una de las montañas desde donde se divisa todo el municipio. Allí, el sonido de la banda 6 Letras de Pueblorrico nos pone a bailar de entrada con su propuesta de ska core. Luego pasan las bandas Mundo Invisible, de Concordia, tocando rock alternativo; un poco de rock blues con Sicodelia, desde Valparaíso; La Cueva, de Urrao –proyecto alterno de Rocco, vocalista de Adivarius-, también con sonidos de los inicios del rock and roll; desde Granada, oriente antioqueño, aparecía Intemperie subiendo el ambiente con su propuesta de rock con aires argentinos, y cerraba la tanda de rock alternativo la banda Viajero, de Fredonia, con su sonido trip hop, dejando a alrededor de 100 asistentes listos para la descarga de metal que se tomaría la noche.
A las seis de la tarde, justo en el medio de la jornada, los ecualizadores empezaron a moverse para dar el mejor sonido a las bandas de metal, asegurándose que sonaran tan crudo y fuerte como siempre se ha oído a las bandas provenientes del suroeste antioqueño. Mientras tanto, los asistentes esperaban pacientemente y, con una calidez excepcional, característica de los habitantes de los pueblos antioqueños, nos hacían sentir como en casa.
El sonido estaba listo, y en tarima la estridencia comenzó de la mano de Profania, una de las bandas anfitrionas. Bastó tocar el primer acorde para que, de la nada, aparecieran decenas de amantes del metal, con sus vestimentas en negro, blanco y rojo y sus largas cabelleras, agolpándose junto a la tarima a cantar y “cabecear” las canciones de la banda jericoana.
Las puertas quedan abiertas, luego de la contundente presentación de Profania, para la banda de rock metal de Amagá, Dante. Vendría después Arkana, desde Andes, dando un aire diferente al festival con sus covers de "Metallica".
La noche se parte en dos y se suben al escenario los siete músicos que conforman Adivarius, la segunda banda anfitriona proveniente de Urrao, quienes hacen parte del 3er Compilado Discos HagalaU “Sangre joven hirviendo”, poniéndole fuego a una noche fría con su propuesta de metal gótico.
Continuó Ascent of the Fallen, cinco chicos que se hicieron amigos y músicos como estudiantes de la institución educativa donde se desarrollaba el festival, demostrando el crecimiento y desarrollo en su sonido death metal melódico, que se vio reflejado en el apoyo del público coreando sus canciones.
Aethernus pone nuevamente la cuota femenina en el festival, con Sandra Santa Angel en las voces, demostrando que en Amagá no sólo hay cabida para la actividad minera, sino también para la música.
La noche se va poniendo más fría y, sin embargo, continúan los músicos, amigos, amantes de la música, familiares con sus niños disfrutando del festival hasta el final, esperando la llegada de Daycore desde Medellín. Pero antes, Hidravenosa y Faradon, desde Urrao y Amagá respectivamente, pondrían la cereza en el postre con una buena dosis de death metal.
A las 11:30p.m., con una noche despejada y estrellada, Yasser, vocalista y bajista de Daycore, se encarga de preparar meticulosamente el sonido de su banda antes de subir a la tarima, y cuando ve que todo está en su punto, los amplificadores truenan junto con el cielo que rodea las montañas de Jericó. El día había sido largo, pero los que seguían fieles hasta el final, sacaron su último cartucho de energía para saltar y mover sus cabezas al ritmo del thrash death metal propuesto por Daycore; por supuesto, al final, nadie quiso quedarse sin su disco, postal o parches para aquellos coleccionistas que los llevan en sus chaquetas de jean y cuero.
Así finalizaba la noche y la gente empezó a desplazarse por sus propios medios al centro de Jericó, otros lo hicieron en la chiva que esperaba pacientemente en la entrada del colegio, y unos cuantos llevaron sus carpas para acampar en los alrededores de la institución. Toda una jornada maratónica donde, desde el joven rockero hasta las personas que atendían los puestos de comida, disfrutaron como una sola familia y aprendieron, con el tiempo, a apreciar y apropiarse del rock y el metal como sonidos que también hacen parte de sus montañas.
HagalaU recorre los recitales de Antioquia. Estuvimos en Rock al Río en Rionegro, en Más que sonidos en Guatapé, en Altavoz Fest en Medellín y también haremos presencia en Víboral Rock y en Altavoz Antioquia.
Escrito por: Daniel Naranjo
@vozypapel